El paisaje áspero de Asturias, sus montañas, riscos y picachos han sido siempre refugio seguro para sus moradores, que desde aquí eran imposibles de vencer por el invasor.
Entre los siglos I y II a.C. llegaron los pueblos Celtas. Antiguos pobladores de estas montañas, era un pueblo propenso a divinizar los fenómenos y elementos de la naturaleza y distinguido por su valor en la lucha.
Abrigados por su dios de Piedra, astures y cántabros eran invencibles en las contiendas hasta que el propio César Augusto tuvo que intervenir para conseguir la pacificación tras diez años de luchas internas.
Siete siglos después (año 711), llegaron los árabes y de nuevo las peñas brindaron su protección a los astures.
De esta forma, Don Pelayo, con un reducido ejército, venció al hasta ese momento invencible invasor musulmán, entre aquellos bosques y macizos rocosos, en la famosa batalla de Covadonga (año 722).
Había comenzado la Reconquista; un proceso que duraría 8 siglos .Con épocas de asombrosa tolerancia entre diferentes culturas, religiones ,formas de vida; y épocas de cruentas y sanguinarias batallas entre ellas.
Un período que con sus aciertos y sus errores , dejaría su huella en la forma de vida actual de muchísima gente,su lengua,sus costumbres ,sus fiestas …
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